La violencia se repite
en forma constante y creciente. Cada día es más difícil poder cumplir con
nuestra tarea.
En una noche de violencia y pánico, dos bandas narco
de la villa 1-11-14 –en el Bajo Flores– se
enfrentaron a tiros durante
casi cuatro horas en una guerra que dejó dos muertos y dos heridos. En el medio quedaron un médico y un chofer del SAME, que habían ido a
asistir a una señora intoxicada http://www.clarin.com/policiales/muertos-guerra_narco-villa-bajo_flores-ambulancia_0_1302469779.html
Luego de
horrorizarnos ante las cámaras y alertar que un día van a matar a alguno. Luego
de expresar nuestra solidaridad. Luego de
la recorrida de la AMM “durante el día miércoles 11 del corriente mes a
todos los medios televisivos y radiales, así como también algunos de prensa
escrita, con el fin de comunicar a la población nuestras inquietudes y advertir
sobre los riesgos de continuar verificándose hechos como los acaecidos” . Luego
de todo eso y en pocas horas todo será olvidado y nada habrá cambiado.
Sabemos que el problema es muy complejo. No
todos los casos de violencia tienen las mismas causas, pero si las mismas
consecuencias (deterioro en la calidad de atención, heridas, miedo a los
pacientes, secuelas psicológicas, problemas legales, entre otras) y todos son condenables.
Hay quienes, víctimas del sistema, no consiguen
un turno luego de “dormir” toda la noche en la puerta de un hospital y responden
violentamente. Son quienes deben ser contenidos por un Estado que les dé respuestas
serias a sus demandas.
Pero las bandas armadas, que atacan las guardias
para que atiendan a “sus” heridos o para rescatar a uno de los suyos, que se
enfrentan entre sí, algunas veces dentro del mismo hospital (Santojanni), nada
tienen que ver el caso antes mencionado.
Todas las guardias y sobre todo las ambulancias, han tenido experiencias
nefastas con bandas o patotas de gente armada,
pasada de drogas, excitados y violentos en extremo.
No basta solidarizarse. Es necesario dar
respuestas concretas.
Desde RyP-Tornú, creemos que
hay dos aspectos a tener en cuenta: los de mediano y largo plazo (soluciones de
fondo) y el aspecto coyuntural, inmediato,
urgente, el que necesita la ambulancia
que va a salir en los próximos minutos y no tiene garantizada su seguridad.
Si en
plena Ciudad de Buenos Aires, un tiroteo pudo durar 4 horas con 2 muertos, 2 heridos graves, una ambulancia fue baleada y
los desmanes continuaron en el mismo Hospital, no
existiendo hasta el momento ningún detenido y las Fuerzas de Seguridad del
Estado (Nación y Ciudad) se mostraron impotentes para frenarlos….nos preguntamos ¿por qué los Trabajadores de la salud debemos ingresar indefensos y
arriesgar nuestra vida en estas zonas claramente liberadas? ¿Qué medidas debe
tomar el Estado para garantizar el derecho a la salud a quienes viven en estos
lugares?
Algunas de nuestras propuestas,
discutibles, mejorables, descartables, son, desde el punto de vista inmediato:
- Exigir al Estado que, elabore un registro de zonas a las que, sólo se pueda ingresar con personal de seguridad y blanquee y reconozca las “zonas liberadas” donde, ni siquiera con personal de seguridad, se puede ingresar en forma segura.
- Que el Estado provea para estas últimas, ambulancias equipadas especialmente (blindadas), operadas por personal de seguridad entrenado, que traslade a los pacientes hacia una zona segura, para su asistencia.
- Se debe firmar con las autoridades un protocolo que garantice, que si el personal de salud actuante considera que no están dadas las condiciones del “escenario seguro”, pueda retirarse del lugar y esperar ayuda, sin que medien para él, consecuencias jurídico-legales.
- Dotar todas las ambulancias con un profesional de enfermería, que no sólo tiene plena indicación asistencial, sino que además permite que el equipo que sale a la calle se encuentre más y mejor asistido.
- La AMM no quiere que cambiemos el guardapolvo blanco por el chaleco antibalas y es verdad, no queremos hacerlo, pero estos chalecos deben estar dentro del equipamiento de móvil, para en caso de encontrarse en el medio de una balacera, poder utilizarlos.
Respecto a las soluciones de fondo al problema de la violencia, la proliferación de armas, drogas, zonas
“liberadas” etc, como gremio debemos exigir: la urbanización
de todas las villas, vivienda digna, sistemas eficaces de tratamiento y
rehabilitación de las adicciones, entre otras. Esto también es Salud Pública y
sin esto es imposible pensar que estamos actuando eficientemente en salud.
Como gremio también debemos exigir Justicia: la sociedad debe penalizar a quienes no respetan sus
normas, generando daños en el otro.
De los ataques al
Santojanni y este reciente al Piñeiro, así como de tantos otros, no hay ningún
detenido ni procesado. La impunidad es vía libre para la repetición de estos
hechos. (“No hubo ningún detenido,
ni por los incidentes en el hospital, ni por el tiroteo en la villa ni por los
dos crímenes. “Enfrentamientos de este tipo son bastante corrientes, pero llamó
la atención el poder de fuego que hubo”, resaltó anoche un vocero a Clarín”.)
Estas son propuestas para debatir, polemizar. Es deber de todos generar más y mejores. Somos una agrupación pequeña dentro
del gremio, creemos que sólo la participación y el compromiso de todos para
exigir su tratamiento, pueden generar presion necesaria, para que se vayan
haciendo realidad.
El Estado debe protegernos sin escatimar recursos. Confiar en que las cosas no sucederán, es un boleto de ida.
Queremos que cada colega y cada compañero de trabajo, vuelva a su casa con su familia, sano y salvo.
Quedarse en la queja y el lamento, suponer que nada puede hacerse, es
esperar resignados a que un día ese lamento se transforme en un cortejo fúnebre.
Si ese día llega, será demasiado tarde, habremos fracasado.
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