miércoles, 1 de octubre de 2014

Ante el ataque a una médica...

TODO TIENE UN LIMITE…
En el hospital Mercante de José C. Paz, dos individuos que entraron a buscar drogas, terminaron abusando de una profesional que estaba en los dormitorios reservados para médicos de guardia. Estos hechos no son los primeros que ocurren, pero si son los más serios
“Empleados del Hospital Gobernador Mercante de la localidad bonaerense de José C. Paz denunciaron esta mañana que una médica anestesióloga de dicha institución fue abusada sexualmente por dos hombres que ingresaron al área de descanso del personal.
El hecho, según relataron varios empleados en la puerta del edificio, ocurrió ayer en horas de la tarde, cuando la mujer se encontraba en el área de descanso del personal médico. Hasta allí llegaron dos individuos y la atacaron.” http://www.lanacion.com.ar/1731552-violan-a-una-medica-en-un-hospital-de-jose-c-paz

J.C.Paz es el segundo distrito más pobre del conurbano y la inseguridad reinante en el lugar es por todos conocida. Su intendente Carlos Urquiaga, es el sucesor de Mario Ishii, uno de los conocidos “barones” del conurbano bonaerense
El problema no se limita a este distrito. La violencia está presente en todos los hospitales de la Capital y del Gran Buenos Aires.
No hablamos de una situación de violencia espontánea e individual generada ante un hecho desgraciado, falta de insumos o de atención, se trata del ingreso a los hospitales de delincuentes que ponen en riesgo a todo el personal de la salud y sus pacientes.
El grado de indefensión en nuestros hospitales es tal, que este hecho no ocurrió en áreas de acceso al público, sino que los sujetos llegaron a lugares de uso exclusivo del personal.
Sería un grave error pensar que se trata de un fenómeno aislado, que sólo afecta esa zona. El Hospital Santojanni fue invadido por patotas que se enfrentaron en su interior varias veces, también el Penna y otros más, pasaron por momentos muy difíciles.
Los trabajadores de la salud estamos, lamentablemente, cada vez más acostumbrados a atender las consecuencias de una violencia social que crece sin cesar: hechos delictivos, de tránsito, desmanes varios, enfrentamientos entre patotas o bandas, eventos deportivos que terminan en tragedia, abuso de alcohol y drogas con un saldo trágico, se han convertido en sucesos cotidianos para los servicios hospitalarios.
No podemos seguir permitiendo, que mientras una colega es abusada salvajemente, las autoridades nacionales y de todos los distritos minimicen y ninguneen el problema.
No hay forma de ejercer nuestra profesión, de brindarle a la población los servicios que necesita, si no se garantiza nuestra seguridad y dignidad personal.
Basta de promesas, sobre planes de contingencia, alarmas y botones de pánico, se necesita una intervención global sobre la violencia social que esta carcomiendo nuestra sociedad.
Necesitamos una repuesta de conjunto, la seguridad de los trabajadores de la salud debe ser discutida por todos en cada lugar de trabajo, los integrantes de todos los gremios sin distinciones debemos exigir tanto las medidas necesarias en cada hospital como las iniciativas generales que la sociedad toda necesita.

Nuestra absoluta solidaridad con la colega del Mercante.  Hoy todos fuimos atacados.